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lunes, 11 de noviembre de 2019

TEOLOGÍA DE OJOS ABIERTOS


Autor: Gabino Uríbarri Bilbao


Sinopsis
Existe una necesidad importante de seguir formándose en esto de la fe. No nos deberíamos acostumbrar a lo que sabemos por poco que sea. Conviene poder leer algo, escueto y sintético, que nos ayude a profundizar en nuestra fe y en la vivencia eclesial. Comprender nuestra cultura y cómo podemos evangelizar en ella, en ocasiones, se vuelve una necesidad urgente.


¿Por qué leer "Teología de ojos abiertos"?
El jesuita y teólogo Gabino Uríbarri nos presenta en este condensado libro, profundo y reflexivo, una serie de planteamientos que nos pueden ayudar a hacer crecer en nosotros la fe en Jesucristo y el deseo de evangelizar en nuestros contextos cotidianos. La Iglesia, animada por el Papa Francisco, está inmersa en la pregunta: ¿cómo evangelizar hoy de modo lúcido, incisivo y fecundo? No es fácil la respuesta ni surge de forma espontánea. Es verdad que para muchos los conceptos que encierra nuestra fe se vuelven áridos y complejos. Sin embargo, en este libro podemos encontrar un intento de acercar la Teología a todos los públicos, yendo de la mano de un lúcido planteamiento de la cultura en la que estamos y el deseo de llevar a través de la pastoral de la comunidad eclesial una buena noticia que se hace urgente para todos.
En este libro encontrarás desde el principio dogma e intuiciones, teoría intentando llevarse a la práctica. Se hace obligatorio, para los cristianos de hoy, poner en relación: la teología, la cultura y el evangelio. Fruto de esta relación surgirá la Teología de ojos abiertos, la reflexión profunda de la fe y el deseo de evangelizar a Jesucristo y su buena noticia por todos los rincones de nuestra tierra.
Los cristianos tenemos que renovar nuestros modos de acercar la fe a todos. Pero no podemos conformarnos con pactos a la mínima. Tenemos que seguir reflexionado, profundizando en nuestra fe y orando con Jesús y su Evangelio.
«El asunto en la práctica pastoral es: ¿desde la caridad pastoral qué paso hacia la verdad y el bien entran aquí y ahora en juego? Por lo tanto, en la acción pastoral no siempre aquello que se puede poner en práctica en una situación determinada mide el todo de la verdad y el bien en cuanto tal. Se trata de un discernimiento amoroso de una situación concreta de una persona, una comunidad o un grupo, para ayudar al crecimiento en la fe y la vida cristiana del modo más pertinente, caminando hacia delante según la doctrina» (p. 47)

jueves, 3 de octubre de 2019

EL PUENTE DE CLAY


Autor: Markus Zusak



Sinopsis
En una vieja casa en Archer Street, viven los cinco hermanos Dunbar. Matthew es el mayor y el que parece cuidar del resto. Rory quiere que le expulsen del colegio. Henry siempre encuentra formas de ganar dinero. Tommy adora los animales, y por eso ha conseguido un pez de colores, un gato, un perro, una paloma y un mulo. Clay tiene dentro muchas historias. Historias que le contó su madre. Historias que le hacen correr. También tiene un secreto que le quema. Quizás sea ese fuego el que le lleva a querer construir un puente.


¿Por qué leer "El puente de Clay"?
Markus Zusak se dio a conocer hace diez años con La ladrona de libros». Aquel libro emocionaba. Tras casi una década de silencio, este nuevo título está a la altura del anterior. Hay libros que te atrapan. Te van envolviendo en una historia que de golpe es también la tuya. Y hablan de amor, de soledad, de muerte, de superación, de distancias y encuentros, de heridas... y cuando llegas al final, exhausto, solo quieres volver a empezar. Todo eso ocurre con este libro. Un puente está en el centro de la narración. Y el puente es, en realidad, muchos puentes al tiempo. Entre las dos orillas de un río. Entre un padre y un hijo. Entre el pasado y el presente. Entre el presente y el futuro. Entre el dolor y la sanación. Entre los vivos y los muertos. Entre el escritor y sus personajes. Entre estos, y el lector...

Este libro está escrito de una manera maravillosa. A través de saltos en el tiempo vamos intercalando el presente y muchos momentos de un pasado que va desplegándose despacio, llenándose de contenido. Una historia que al principio parece curiosa, se convierte, después, en un torrente de memorias y personajes que te van dejando cada vez más conmovido. Uno de esos libros que, cuando uno encuentra, tiene que atesorar. Porque merecen la pena.

«Lo abracé con fuerza, y todos nosotros, todos los hombres que estábamos allí, sonreímos y lloramos, lloramos y sonreímos; porque siempre habíamos sabido algo, o al menos él lo había sabido: Habrá muchas cosas que un chico Dunbar pueda hacer, pero siempre debe asegurarse de volver a casa».


lunes, 9 de septiembre de 2019

CHRISTUS VIVIT


Autor: Francisco, Papa 
 

 
Sinopsis
La exhortación apostólica del Papa se dirige a los jóvenes directamente, y a cualquier cristiano indirectamente, tenga la edad que tenga. A raíz del Sínodo, propone un camino que pasa por la experiencia, la vida, la reflexión, y la vocación. Un mensaje que hay que leer.


¿Por qué leer "Christus Vivit"?
Cada vez que sale una nueva publicación signficativa del Papa Francisco, ya sea encíclica o exhortación apostólica, inmediatemente aparecen síntesis, recopilaciones de sus frases más contundentes, o puntos clave, desgranados con más o menos estilo y creatividad en redes sociales. Con una cierta tentación de convertirse en un «tú no lo leas, que ya te lo cuento yo». Ocurrió con Laudato Sii, con Amoris Laetitia, con Gaudete et Exsultate, y recientemente volvía a ocurrir con esta Christus Vivit. Como suele suceder hoy en día con demasiadas noticias y publicaciones, está un par de días de actualidad, genera un par de hashtags populares, y luego pasa al olvido. Pero a este Papa no hay excusa para no leerlo, porque escribe con una intencionada sencillez. Quiere que se le entienda. No se va a teologías densas, no pide la complicidad de quien ya conoce una jerga. Habla de la vida con ejemplos cotidianos. Y por eso, deberíamos hacer el esfuerzo de leerlo, y dialogar con eso que plantea.

En esta exhortación habla a los jóvenes, y habla de los jóvenes. Y en su lectura va planteando preguntas. O va dejando cabos sueltos para que uno se plantee preguntas, aunque no estén ahí formuladas. Sobre la vida, la vocación, la pastoral... No saca él mismo las conclusiones, sino que las plantea. Y va tocando temas necesarios: trabajo, familia, vocación, sexualidad, misión, experiencia de la fe, rebeldía frente a la Iglesia institucional... Probablemente una objeción que se puede hacer es que en los temas delicados en los que muchos jóvenes se sienten más distantes de la Iglesia, apenas entra o los pasa muy de puntillas. Quizás sea para evitar polarizar la lectura. Pero el que no esté todo no quiere decir que lo que está no sea importante y necesario. Por eso, el reto es que no lo lean por ti.

«Tú tienes que descubrir quién eres y desarrollar tu forma propia de ser santo, más allá de lo que digan y opinen los demás. Llegar a ser santo es llegar a ser más plenamente tú mismo, a ser ese que Dios quiso soñar y crear, no una fotocopia. Tu vida debe ser un estímulo profético, que impulse a otros, que deje una marca en este mundo, esa marca única que solo tú podrás dejar» (n. 162)

domingo, 7 de julio de 2019

SI VAS A REGALARLE UN LIBRO A TU HIJO...


Autor: Fernando Savater


Ante todo, quiero dejar clara una cosa: fuera de los manuales de educación escolares (que también cambian), no hay libros de lectura obligatoria para todo el mundo. En efecto, en las librerías nos aguardan libros imprescindibles, pero no sabremos que lo son para nosotros hasta haberlos leído. Cada cual debe encontrar los suyos.

Ahora he jugado a imaginar qué libros me gustaría que me regalasen si yo tuviese diez, quince o veinte años. Responden a mis gustos, que hoy conozco mejor que a cada una de esas edades felices. Si usted se parece a mí como lector, también le gustarán. Si no… siga buscando.

Para mis diez años:
Kazán, perro lobo, de James Oliver Curwood.
La montaña de luz, de Emilio Salgari.
El mundo perdido, de A. Conan Doyle.
Viaje al centro de la tierra, de Jules Verne.
Ivanhoe, de Walter Scott.

Para mis quince años:
Las inquietudes de Shanti Andia, de Pío Baroja.
Cita con Rama, de Arthur C. Clarke.
El fantasma de la Ópera, de Gaston Leroux.
La isla del Doctor Moreau, de H. G. Wells.
El asesinato de Rogelio Ackroyd, de Agatha Christie.

Para mis veinte años:
El viejo y el mar, de Ernest Hemingway.
El ancla de misericordia, de Pierre Mac Orlan.
El percherón mortal, de John Franklin Barden.
Tres tristes tigres, de Guillermo Cabrera Infante.
El hombre del revés, de Fred Vargas.