Federico
Rubio y Galí (1827-1902) el autor de estas casi olvidadas y amenísimas memorias
de infancia y juventud, fue un destacado protagonista de la vida española de la
segunda mitad del siglo XIX. Como médico cirujano alcanzó grandes éxitos y una
notoria popularidad y también resulta relevante su incursión en la política de
la primera República y su influencia en los inicios de la Institución Libre de
Enseñanza.
El
que estas memorias no abarquen su vida total sino solo lo que podríamos llamar
los años de aprendizaje no le restan a estas memorias nada que importe ni
disminuya su abrumadora humanidad y su sonriente encanto.
Una
pequeña joya de la literatura autobiográfica del siglo XIX prologada en la
presente ocasión por la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, gran admiradora
de esta obra. «El doctor Rubio nos habla de la necesidad de inculcar en todos y
cada uno de nosotros la empatía. Y lo hace cuando estamos en pleno siglo XIX.
El ser humano es siempre el protagonista de sí mismo y de su capacidad de ser
feliz, útil, bueno e imprescindible, al modo en que lo proclama Bertolt Brecht».
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