A
continuación algunos fragmentos de su discurso:
La invención más
trascendental de la humanidad es la frase. Han existido grandes civilizaciones
ignorantes del concepto de la rueda, pero poseían la frase, pues sin ella no habrían
sido ni grandes ni civilizadas. Con frases pensamos, especulamos, calculamos, imaginamos.
Con frases declaramos nuestro amor, declaramos la guerra, prestamos juramento.
Con frases afirmamos nuestro ser. Nuestras leyes están escritas con frases. No
es desatinado afirmar que con frases está escrito nuestro mundo.
Otros defenderán
tesis distintas. El científico dirá que nuestro supremo logro como especie es
la invención de las matemáticas. Y, ciertamente, el lenguaje de las matemáticas
posee una sublime belleza. En su rigor radica su aliento. No obstante, el máximo
aliento de la frase, y por ende del lenguaje, radica, precisa y gloriosamente,
en su carencia de rigor. Por sencilla, directa y clara que sea una frase,
siempre se revelará ambigua. Y la ambigüedad es la esencia de la vida.
Podemos pensar
que el lenguaje no pinta nada, pero pinta hermosas realidades.
Hablar es ser.
He dedicado mi
vida a batallar con las frases. No puedo imaginar existencia más privilegiada.
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