El autor de este libro, Julián Ríos, es una vida entregada desde hace 25
años a las personas y colectivos para los que nuestra sociedad no tiene sitio:
pobres, drogadictos, presos, inmigrantes... Muchos de ellos encontraron sitio
en su casa, y no de paso, sino que pasaron para quedarse, para convivir con él
el tiempo que necesitaron hasta lograr enderezar su vida o hasta que la muerte
les devolvió la paz que en nuestro mundo no encontraron. ¿Puede esconder alguna
riqueza, algún tesoro, convivir y luchar las batallas de esta gente que nuestra
sociedad no quiere? Sumérgete en este relato y lo descubrirás por ti mismo.
Cuando leí el libro este párrafo me resultó revelador:
“Con el tiempo percibí que lo que me enfada, irrita, entristece de otro,
suele tener que ver –no siempre- con algo que dentro de mí no admito, no me
gusta, quiero rechazar e ignoro. La persona con la que me enfrento me lo pone
delante, lo hace visible y gracias a ello, si me pongo en disposición de querer
ver, si tengo valor, lo puedo aceptar y elaborar. Esta es la función de la
tolerancia. En la medida en que he sido capaz de tolerar en mi lo que no me
gusta de otros, he crecido; mi espacio de conciencia y comprensión de la
realidad se ha ampliado. Al aceptar lo ajeno he aceptado lo propio.” (p. 58).
Si tienes el deseo profundo de un mundo
distinto y no sabes por dónde empezar a hacerlo... “Arando entre piedras” te va
a gustar.
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