Sinopsis
Existe
una necesidad importante de seguir formándose en esto de la fe. No nos
deberíamos acostumbrar a lo que sabemos por poco que sea. Conviene poder leer
algo, escueto y sintético, que nos ayude a profundizar en nuestra fe y en la
vivencia eclesial. Comprender nuestra cultura y cómo podemos evangelizar en
ella, en ocasiones, se vuelve una necesidad urgente.
¿Por qué leer "Teología de ojos abiertos"?
El
jesuita y teólogo Gabino Uríbarri nos presenta en este condensado libro,
profundo y reflexivo, una serie de planteamientos que nos pueden ayudar a hacer
crecer en nosotros la fe en Jesucristo y el deseo de evangelizar en nuestros
contextos cotidianos. La Iglesia, animada por el Papa Francisco, está inmersa
en la pregunta: ¿cómo evangelizar hoy de modo lúcido, incisivo y fecundo?
No es fácil la respuesta ni surge de forma espontánea. Es verdad que para
muchos los conceptos que encierra nuestra fe se vuelven áridos y complejos. Sin
embargo, en este libro podemos encontrar un intento de acercar la Teología a
todos los públicos, yendo de la mano de un lúcido planteamiento de la cultura
en la que estamos y el deseo de llevar a través de la pastoral de la comunidad
eclesial una buena noticia que se hace urgente para todos.
En
este libro encontrarás desde el principio dogma e intuiciones, teoría
intentando llevarse a la práctica. Se hace obligatorio, para los cristianos de
hoy, poner en relación: la teología, la cultura y el evangelio. Fruto de esta
relación surgirá la Teología de ojos abiertos, la reflexión profunda de la fe y
el deseo de evangelizar a Jesucristo y su buena noticia por todos los rincones
de nuestra tierra.
Los
cristianos tenemos que renovar nuestros modos de acercar la fe a todos. Pero no
podemos conformarnos con pactos a la mínima. Tenemos que seguir reflexionado,
profundizando en nuestra fe y orando con Jesús y su Evangelio.
«El
asunto en la práctica pastoral es: ¿desde la caridad pastoral qué paso hacia la
verdad y el bien entran aquí y ahora en juego? Por lo tanto, en la acción
pastoral no siempre aquello que se puede poner en práctica en una situación
determinada mide el todo de la verdad y el bien en cuanto tal. Se trata de un
discernimiento amoroso de una situación concreta de una persona, una comunidad
o un grupo, para ayudar al crecimiento en la fe y la vida cristiana del modo
más pertinente, caminando hacia delante según la doctrina» (p. 47)
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