“El Primer Hombre” es una novela autobiográfica y su última obra. La
muerte le sobrevino en 1960, en un accidente de automóvil cuando aún no
había terminado de escribirla. Dentro de su automóvil llevaba un maletín negro.
En él, junto a algunos objetos personales, encontraron un manuscrito de 144
páginas difíciles de descifrar, por la falta de puntuación y la escritura
rápida de Camus
El título de la
novela hace referencia al padre de Jacques Cormery, el
niño que protagoniza esta historia. La novela se inicia con las
circunstancias que rodean el nacimiento Jacques. Cuando el protagonista tiene
un año de edad su padre muere en La Primera Guerra Mundial. La madre, una mujer
muy trabajadora, analfabeta, sorda y muy poco habladora, se traslada con sus
dos hijos a Argel a vivir con su madre, la abuela de Jacques. Ésta es una mujer
de carácter muy fuerte, cabeza de familia. Con ella ya conviven dos hijos
varones, uno de ellos deficiente mental. La familia de la abuela es de
inmigrantes españoles.
La novela gira en
torno a tres ejes fundamentales.
Uno de ellos es el
amor que el protagonista tiene a su madre. Una mujer muy trabajadora, que como
ya he dicho antes, es sorda, analfabeta, poco habladora, que se
muestra pasiva ante las palizas que la abuela le da a Jacques. Una mujer que en
raras ocasiones muestra sus sentimientos. Este amor que el protagonista profesa
a su madre le dura hasta la muerte. Cuando el protagonista-autor de la
novela recoge el Premio Nobel de Literatura, a una de las dos personas a quien
se lo dedica es a su madre.
Otro de los
pilares o ejes de la novela es la búsqueda constante que el protagonista
hace de la figura del padre, un ser casi “mítico”. Todos le hablaban de que
murió por la “patria” pero poco más le decían. De él sabe que se llamaba Henri,
que se había criado en un orfanato, que había aprendido a leer y escribir ya de
adulto y, poco más. Cuando Jacques ya es mayor pregunta frecuentemente a la
madre por su padre. Él tiene una gran necesidad de saber de su progenitor, pero
ella, que vive en su aislamiento, poco parece recordar.
Otro de los ejes
de la novela hace referencia a su maestro, el señor Bernard (señor Germain en
la realidad). El señor Bernard es el “padre”, en cierto sentido, que
Jacques no llegó a conocer. Con su magisterio despierta el interés del pequeño
por la vida y el mundo, iniciándolo en el amor por la lectura. Lo apoya y
estimula en el rendimiento escolar. De él recibe el pequeño, afecto y
confianza. El señor Bernard sabe ver la potencialidad que Jacques
tiene y le motiva y le anima para que continúe estudiando.
Le gustaba mucho
jugar al fútbol.
Poca gente
comprendía que un intelectual de su talla, un Premio Nobel de Literatura
tuviese esa afición por este deporte. Él manifestó en cierta ocasión que todo
lo que sabía con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los
hombres, se lo debía al fútbol.
En el libro el
autor resalta la amistad con su compañero Pierre. Lo vivido con él en esa isla
de pobreza que era su barrio en Argel. Él pensaba que lo más valioso que tenía
eran los días de vacaciones para pasear por su barrio, ir al puerto, jugar con
sus amigos al fútbol e ir los jueves por libros a la biblioteca municipal.
Un niño que crece con el fútbol y los libros.
¿Cómo y por cuales
caminos este niño tan pobre y criado en una familia tan ignorante y marginal
socialmente, con una infancia tan gris, llegó a convertirse en Premio
Nobel de Literatura? Su vida es una lección y un estímulo. Nos hace ver que nada
viene predeterminado, que para conseguir algo lo importante es desearlo y
trabajar por ello.
En 1957 se le
concedió el premio Nobel de Literatura
por el «el conjunto de una obra
que pone de relieve los problemas que se plantean en la conciencia de los
hombres de hoy».