Autor:
Pablo d’Ors
…los tuareg dicen que Dios creó algunas tierras con agua para que los
hombres pudieran saciarse, y que también creó tierras sin agua para que los
hombres pudieran experimentar la sed. En la sabiduría tuareg se dice de igual
modo que Dios creó el desierto para que los hombres pudieran encontrarse
consigo mismos (p. 45).
Pavel, el protagonista de la novela, vive en Kromeriz, en la República Checa.
Un buen día, hojeando la contraportada de un libro, se entera de la existencia
de un hombre que ha dedicado su vida al conocimiento de los desiertos. Y allí
mismo toma nota de la asociación que creó: “Amigos del desierto”. Puesto en
contacto con ellos se dirige a El Hoggar, el sitio donde se reúnen, en la
frontera entre Austria y la República Checa. A raíz de ese encuentro conoce a
los quiméricos socios de ella y parte, al poco, en un viaje conjunto con la
asociación al Sahara. La fascinación extrema por los desiertos le llevará a
verse totalmente volcado por esos parajes y volver en otras ocasiones y, a
consecuencia de ello, su vida da un vuelco inesperado.
La narrativa,
sencilla y fresca, nos mete de lleno en la trama al poco de su comienzo. La
falta de detalles superfluos hace de ella un fluir rápido de acontecimientos.
Pero lo que más me ha calado en este relato es la profunda carga filosófica y
existencial que contiene al llegar a la mitad de su extensión. Perfectamente
dosificada de reflejos filosóficos clásicos-el hombre para reconocerse ha
de enfrentarse a la nada, al vacío, no a la totalidad (p. 75)-, de
detalles poéticos –El viento del desierto guarda una inmensa colección de
huellas humanas (p. 83)-, de párrafos
existencialistas –piensa que sólo eres libre cuando al partir puedas
llevar contigo todo lo tuyo (p. 102)-, en fin, de una perfecta y bella
prosa por doquier.
El amigo
del desierto es una novela
itinerante, pero un camino de conociemiento dentro de uno mismo. Una novela que
navega en los mares de Siddharta de Hermann Hesse o de Los ojos
del hermano eterno de S. Zweig. Una novela -porque es una novela en su
estructura- que nos lleva a ralentizar su lectura según vamos acercándonos al
final de ella, a pensar en todo aquello que no está escrito. Y, al finalizarla,
a dejar el libro en la mesa y, cerrando los ojos, caminar hacia ese desierto
que nos atrapa mucho más allá de las páginas.
De igual modo imagino que tú, quienquiera que seas, harás lo mismo;
pronto terminarás de leer y. acto seguido, cerrarás este libro, abrirás una
ventana y -estoy seguro- sentirás que hay algo nuevo en el aire.