Autor: Manuel Rivas
Comentario:
Es un libro donde los
recuerdos toman forma. ¿Quién no
recuerda su infancia y todos esos momentos que han quedado en la retina del tiempo?
Manuel Rivas nos lee en
un café literario, algunos pasajes de su libro, que como he dicho antes, está
lleno de recuerdos. Estas son una serie de reflexiones del autor tomadas de mi
libreta de campo en una tertulia sobre el libro y sus impresiones, las del
autor y el lector.
Una fracción de tiempo…
Es un pasacalles; payasos, cohetes, viéndolo maravillados. Manuel tiene dos
años, su hermana, uno más que éste. Dos monstruos horribles que tocan los
cristales de la ventana. Los niños salen aterrados hacia el baño en la
oscuridad. Se esconden, hasta que oyen el grito de su madre que no encuentra a
sus hijos.
María, abre el pasador
y entra la luz. (La luz es la mirada de la madre que les dice: “Tontiños, son
los cabezudos” Los reyes católicos).
Este libro es un
híbrido entre el dolor y la ironía. Lo más parecido a la felicidad es el
rescate de la memoria. También se observa la presencia de la iglesia. El
diluvio universal y el arca de Noé. Cuando empieza a remitir el diluvio, Noé
envía a la paloma y el cuervo. Volvía la paloma pero no sabíamos que había
ocurrido con el cuervo.
Los cuervos parecen que
no tienen edad. Tiene que ser el de la biblia, desgarbado, parece que lo lleva
el viento. Aquí se establece la diferencia entre el periodismo y la literatura.
La paloma es el periodismo, vuelve para contar lo que ocurre. El cuervo es la
literatura, es como seguir hacia lo desconocido. El cuervo atraviesa esa línea
de viento. La literatura va hacia lo inaccesible, va más allá. Es una especie
de memoria colectiva que Manuel Rivas vivió, desde el niño que fue, al adulto
que es.
Nos transmite, como a
través de la voz de la poesía conecta el singular con el plural.
La tierra, el espacio,
tiene memoria- Notamos cuando la tierra está contenta y cuando está triste. Por
poner un ejemplo: ¿Dónde hubo una batalla, se han curado las heridas?...
En otro pasaje del
libro, nos cuenta a modo de recuerdo, como su abuelo en el aserradero donde
trabajaba, tenía un amigo sordomudo, le llamaban Fidel. Un día la fuente del
pueblo, dejó de echar agua. El sordomudo era un personaje muy elocuente, así
que, con gestos, comenzó a explicar lo que había ocurrido con la fuente. Movió
una piedra por detrás y el agua volvió a brotar. Sería una vergüenza enorme
para la fuente, que después de aquella explicación a través de signos, no
volviese a brotar el agua.
Este libro está lleno
de bocas y orificios. Pensaba de pequeño que la niebla salía del vaho de las
vacas. También está lleno de padecimientos y luchas constantes.
REEXISTENCIA: es una
forma de no rendirse ante “la historia” que es una máquina implacable. A veces
hay que huir de la historia para que no te aplaste.
También juega un papel
importante en este libro la cultura popular. La boca de la madre recita poemas
de Rosalía de Castro. O bien, cuando están jugando una partida de dominó, nos
encontramos con frases de Shakespeare.
En este libro intuimos,
como la forma de utilizar el lenguaje es una forma de defenderse. Es el viaje
de un descubrimiento en todo momento.
Hay otro pasaje del
libro en el que el profesor en clase les pregunta a los alumnos: ¿Qué van a ser
ustedes de mayores? Uno desde atrás dijo: “Emigrantes”. El profesor se
sorprendió y quedó muy callado.
Es un retrato de muchas
cosas. Está claro que la materia del libro son los recuerdos.
Tiene que ver con el
pasado pero también tiene que ver con el momento que vivimos. Nos habla de esa
forma de relacionarse con el trabajo, con el poder, sobre todo de no dejarse
aplastar por las circunstancias.
Manuel Rivas nos cuenta
como cada uno de sus libros tiene una marca geográfica y biográfica. Su forma de
escribir, busca la forma en la que le gustaría que a él le contasen la
historia.
Este libro es como un
reconstruir las conversaciones de gente que conoces hace más de treinta años.
Memoria colectiva en la que te sientes identificado con los personajes. Esos
escenarios de identificación. Elementos comunes en el mundo que nos
identifican.
El mundo, en el fondo
es una aldea.
“La literatura” la
ficción que crea realidad…
Manuel Espejo Jurado
18/04/13
Fuenlabrada